Anda inmerso el Real Betis Balompié en la reforma de su Estadio, para que este proceso tenga un final exitoso es imprescindible que la misma conste de unos cimientos sólidos, es el primer paso
para asegurar el buen fin de la obra.
Esta remodelación no es solo una obra de hormigón y acero, sino un símbolo profundo, un reflejo fiel de los cimientos adecuados sobre los que el Real Betis ha construido su historia y pretende construir su futuro.
La construcción del nuevo estadio verdiblanco llega después de diez años de mandato del tándem Haro y Catalán, mandato que comenzó a forjarse a partir del23 de septiembre del 2015, en una inolvidable Asamblea que marcó un cambio definitivo en la historia de nuestro querido club.
A partir de ese día Haro y Catalán tomaron el mando de la nave verdiblanca gracias al apoyo masivo de los pequeños accionistas.
La herencia recibida no era la mejor, un club con serios problemas económicos, provenientes de un concurso de acreedores y de una gestión inestable. Con esos bueyes se pusieron a la tarea y lograron mejorar la situación financiera, sentando las bases para un crecimiento deportivo, detalle primordial para seguir aglutinando el apoyo accionarial y para mantener una paz social necesaria.
El crecimiento deportivo ha sido constante, no sin dificultad, no debemos olvidar que todo proyecto que este relacionado con una actividad deportiva puede sufrir las consecuencias de una mala temporada y por consiguiente encontrarse con obstáculos no previstos, en este sentido en
las ultimas cinco temporadas se ha conseguido una estabilidad evidente, logrando en todas ellas la clasificación para competiciones europeas, lo que nos hace ser optimistas de cara al futuro.
Los mandatarios béticos siguen empeñados en el crecimiento del club, y para ello han acometido la reforma del estadio, que supondrá en un futuro unos ingresos ordinarios muy superiores a los
que hoy en día son posibles en nuestro club. El plan arquitectónico supone derribar y reconstruir la grada de preferencia, cubrir las cuatro tribunas con una cubierta moderna y levantar una fachada que envuelve el estadio con las trece barras de nuestro escudo. Además el estadio
incorporará espacios que superan lo deportivo: un auditorio, zonas comerciales, restaurantes, aparcamiento subterráneo, un centro lúdico.
Podemos buscar una analogía entre los cimientos del estadio y los del proyecto deportivo, levantar un nuevo estadio como hecho fortalecedor del proyecto deportivo del Betis. Esta fortaleza deportiva también se sustenta con la reciente construcción de la ciudad deportiva Rafael Gordillo, que debe convertirse en la base principal del crecimiento deportivo de nuestro
club.
En definitiva, los cimientos de la obra física proyectan la fuerza de un proyecto deportivo que debe perpetuarse y que debe trascender. Para cuando vuelvan a llenarse las gradas de nuestro Estadio será como si la historia entera del club estuviera presente en sus gradas, con más
ambición, más conciencia y una identidad eterna y renovada.