¿Cómo una niña del fondo del campo de Normandía se hizo Bética?

Hace 16 años, estudié durante un año en Sevilla gracias al programa Erasmus. Vivía en un piso compartido con tres españoles, tres andaluces, en la Avenida Reina Mercedes. Los días de partido, pasaba delante de varios bares llenos de béticos y béticas cantando y animando a su equipo. Eso me intrigaba, pero no me atrevía a entrar. Hasta que un día, por fin entré. ¡Y fue un choque para mí! Pregunté: ¿Esto qué es? Me respondieron: «Pues es simple, tres palabras: Real Betis Balompié». Aquí es donde empezó todo, empezó mi historia con el Betis.

Este sentimiento tan especial, único, que no tiene explicación racional. «Cuando el Betis te atrapa, ya no te suelta». Nada más que añadir, esta frase lo dice todo.

Esta es mi historia con el Betis, un verdadero flechazo que tuve, viendo y sintiendo el amor incondicional de su afición.

Terminaré con estas maravillosas palabras, que conocéis tod@s y que lo dicen todo también:

«Mucho más que un sentimiento
Que un escudo o una bandera
Mucho más que todo eso
Más allá de las fronteras
Siempre habrá alguien que diga
¡Viva el Betis manquepierda!»

Espero de todo corazón poder transmitir mi beticismo a mi sobrina y a mi sobrino.

Quiero agradeceros a tod@s por vuestro cariño siempre. Un saludo enorme a tod@s l@s bétic@s del universo.

Céline