En mis primeras palabras en este espacio de opinión me veo obligado a pedir perdón a cualquier lector morboso que haya entrado buscando rivalidades, pues no es mi intención dar munición en ese sentido más allá del título. Y mira que el contexto me daría pie a ello, ya sea por la trayectoria del jugador del que voy a hablar, por el calendario liguero o por las polémicas al respecto que han llenado portadas y tertulias en la ciudad del Betis. Lo siento, pero no, este artículo se lo voy a dedicar a uno de los mejores jugadores que he visto en mi club y a la directora del documental que acabo de ver, Sara Sálamo.

Este trabajo cinematográfico es una muestra de amor rebosante, narrado buena parte del mismo en silencio, como reza su título. Sara consigue, de forma brillante, que no hagan falta las palabras para describir el proceso que siguió Isco durante su lesión de la temporada pasada. Y es que los planos lo dicen todo, mediante una fotografía que juega de forma inteligente con los reflejos, que muestran las miradas de cariño de Sara hacia el astro malagueño. Miradas que han sido testigo de las caras de duda, esfuerzo, dolor, miedo y amor a lo largo de un proceso de rehabilitación física y mental, mostrando el lado más humano e íntimo del 22 del Betis. Lado que los aficionados no vemos y que Sara ha conseguido plasmar en su documental.

Visitas al médico, entrenamientos, momentos familiares y grabaciones más y menos espontáneas, nos sirven para comprender lo difícil que puede llegar a ser de digerir para un deportista de élite el volver a la competición. De lo cual la mayoría somos ignorantes y algunos incluso se empeñan en demostrar su ignorancia, si no con esta recuperación, con otras. Por suerte, la mayoría de la afición heliopolitana es comprensiva, humanista, cariñosa y familiar. Por ello creo que Isco parece estar casi tan encantado con nosotros, como nosotros de él. No sé si este proceso de recuperación hubiera sido igual en otro lado, pero creo que el amor que compartimos con Sara por él, ayuda a impulsarlo a dejar de lado el dolor y las dudas.

Esta serie de proyecciones en cines sevillanos sirven de aperitivo a su segunda vuelta. La que deseamos todos los aficionados al Betis y al buen fútbol. Un entrante que invito a degustar a quienes aún no lo hayan hecho, si tienen la oportunidad. Y es que los paralelismos con los vividos desde aquel fatídico amistoso en Málaga, aderezan el visionado. Les aseguro que, si ven este documental, vivirán con mayor intensidad -si cabe- cuando el luminoso del 4º árbitro muestre el dorsal del mago que tanto nos hace disfrutar.

Por último, quiero darle las gracias a la peña por permitirme expresarme aquí. Así como a Sara por este documental y por ser parte fundamental en la recuperación de nuestro ídolo, al que pronto volveremos a ver de corto. Puede que como a Isco, nos embarguen las dudas sobre su vuelta. Pero para los dubitativos rescataré un diálogo, en el que Sara le pregunta con sorna justo antes de volver al césped del Villamarín:
-¿Te acordarás de tocar el balón?
-Eso lo pregunté y me han dicho que eso no se olvida.